Existimos para conectar a nuestra comunidad a Cristo.
El Ministerio
Aquí en Palabra de Vida nos enfocamos en cinco areas de ministerio para llevar a cabo nuestra misión, “conectar a nuestra comunidad a Cristo.” Juntos, como una familia, queremos adorar, crecer, invitar, amar, y trabajar.
Adoramos
¡Existimos para adorar a Señor! Es bueno juntarnos los domingos para las misas a “dar valor” a Dios, y a recibir sus dones del perdón y paz. En los servicios, escuchamos la Palabra de Dios. Cantamos. Oramos. Confesamos los pecados y escuchamos las palabras del perdón. Salimos del santuario con alegría y nuevo aliento. “Yo me alegro cuando me dicen, «Vamos a la casa del Señor»” (Salmo 122:1).
Misa en inglés: 10 am (domingos)
Misa en español: 11:30 am (domingos)
Crecemos
Queremos que cada persona crezca “en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Por medio de estudios bíblicos y visitas pastorales, la meta es metamos nuestras raíces más profundamente en la Palabra de Dios, para poder producir más y más frutos del conocimiento y del amor.
Estudio bíblico en inglés: 8 pm (miércoles)
Estudio bíblico en español: 8 pm (jueves)
Clases del catecismo (10 años en adelante): 10 am (sábado)
Programa “Niños Crecemos” (5 a 9 años): 10 am (primer sábado del mes)
Pide charlas del bautismo, matrimonio, y membresía
Invitamos
¡Queremos conectar a la siguiente persona a Cristo! Jesús nos envió para “hacer discípulos de todas las naciones,” “bautizándolos” y “enseñándolos” (Mateo 28:19-20). Por eso, invitamos a más personas para traerlos a escuchar las buenas nuevas.
Amamos
Jesús dijo, “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros» (Juan 13:35). Por medio de una variedad de programas y gestos sencillos, queremos mostrar un amor sacrificial a todo el mundo.
Entrega de alimentos: primer domingo del mes después del servicio
Entrega de ropa: todo el año; una grande en octubre
Trabajamos juntos
La iglesia no es un edificio, ¡es la gente! La biblia describe la iglesia como un cuerpo, con Cristo como la cabeza, y cada uno de nosotros como los miembros de ese cuerpo (1 Corintios 12:27). Por eso, damos de nuestro tiempo, talento, y tesoro, mientras que sirvemos como el cuerpo del mismo Cristo.